El Palacio de Deportes de Santander vivió este sábado una de las mejores tardes de balonmano que se recuerdan en los últimos años. Las Guerreras sintieron el calor de unas 6.000 gargantas aproximadamente, quienes arroparon al combinado nacional femenino en su regreso a la ‘tierruca’.
A pesar de que el resultado final no acompañó para poner el broche de oro a una gran tarde de balonmano, el ambiente que reinó en la cancha santanderina fue impecable. La afición cántabra demostró su apoyo incondicional a las Guerreras y la ilusión por disfrutar grandes eventos de balonmano en la región.
El Palacio de Deportes vibró con el juego de las españolas, quienes no pudieron brindar a la hinchada una victoria que certificara su clasificación para el Europeo de 2022, pero eso no desanimó al público. Lejos de eso, los aficionados cántabros no dejaron de animar a las suyas a grito de “¡España! ¡España!”, aplaudir e incluso bailar al ritmo de la música que sonó por los altavoces. Todo ello para dar color a una cancha que vivió una de las mejores jornadas que se recuerdan en los últimos años.
La respuesta de aficionados, clubes, instituciones y patrocinadores ha sido el perfecto ejemplo de la capacidad de Cantabria para acoger y celebrar por todo lo alto un evento de talla mundial. Tanto es así que el ‘llenazo’ del Palacio de Deportes de Santander ha llevado a copar páginas y minutos en los medios de comunicación, con el reconocimiento de prensa y del balonmano nacional.
Desde la Federación Cántabra de Balonmano queremos transmitir nuestro agradecimiento a las instituciones, patrocinadores y colaboradores que han hecho posible la celebración de este campeonato en suelo cántabro. Igualmente, gracias a la Real Federación Española de Balonmano por confiar en nuestra región y en nuestra federación para acoger una cita fundamental para las Guerreras.
Asimismo, nuestro agradecimiento a los clubes, la cantera del balonmano cántabro y las familias, así como a toda la afición cántabra por responder a la llamada de las Guerreras y llenar las gradas de un Palacio de Deportes de Santander que lució como en sus mejores tiempos.
Imagen: RFEBM.