Finaliza la concentración de los Hispanos Junior y los Hispanos Juveniles en Torrelavega y lo hace dejando sensaciones positivas tras casi un año de inactividad para ambos combinados nacionales. Los dos equipos han coincidido en espacio y tiempo en lo que ha supuesto su regreso a las pistas después de varios intentos frustrados de ponerse de nuevo en marcha en la era COVID-19.
El pabellón Vicente Trueba volvió a ser durante cuatro días el campamento base, en esta ocasión, de dos selecciones nacionales que aglutinan a las jóvenes promesas del balonmano patrio. El éxito de anteriores concentraciones como la de los Hispanos en enero o la de las Guerreras en noviembre facilitó la acogida de los equipos junior y juvenil en una localidad donde han podido recuperar tono y forma e, incluso, en algunos casos, estrenarse por primera vez con la elástica nacional.
La habitual cancha del Bathco BM. Torrelavega se transformó en el lugar de trabajo para los dos equipos. Ambos se alternaron el Vicente Trueba para desarrollar dobles sesiones de entrenamiento diarias, antes de dar por finalizada la actividad con la disputa de un partido oficioso que terminó adjudicándose el bloque junior.
Hubo representación cántabra en ambos combinados, empezando por el técnico Rodrigo Reñones, actual seleccionador de los Hispanos Junior. A sus órdenes se pusieron Jaime Gallego, pivote del Bathco BM. Torrelavega, así como Leo Alonso y Ángel Basualdo, jugadores del Liberbank Cantabria Sinfín que entraron en convocatoria de urgencia tras anunciarse varias bajas de última hora.
Los Hispanos Juveniles, por su parte, también contaron con rostros conocidos no solo del balonmano cántabro, sino de la localidad torrelaveguense en particular. El entrenador del Bathco BM. Torrelavega, Álex Mozas, dirigió junto a su compañero seleccionador Javier Fernández a la plantilla juvenil, en la que ha estado presente uno de sus pupilos en el conjunto naranja, el central Daniel Serrano.